Irezumi // Wabori
¿Sabíais que en Japón si estás tatuado no puedes acudir a playas, piscinas públicas o baños onsen? Y no sólo eso, puede afectar en la búsqueda de empleo en una empresa.
Por norma general se asocia con mafias y mala gente, ¿quieres saber por qué?
Para ello nos tenemos que remontar al período Edo (1603-1868), aquella época en la que Japón estaba encerrado en sí mismo, nadie podía entrar y nadie podía salir. Época en la que los samuráis luchaban con su clan, las geishas rondaban por Kioto y el ukiyo-e tomaba auge.
Por aquel entonces el tatuaje era un símbolo de castigo. Aquella persona que hubiera robado, matado o realizado cualquier fechoría era marcado en la cara para que la gente lo supiera. Pero además, se marcaban los brazos con diferentes símbolos que indican cuánto tiempo habías estado encarcelado, dónde y porqué.
https://freejapanesetattoo.blogspot.com/2019/03/criminals-of-japanu2019s-edo-period.html
Pero en 1720 se abolió esta ley, y los tatuajes pasaron a otros lados oscuros: los barrios del placer. Prostitutas y geishas se tatuaban el nombre de su amado representando pertenencia a esa persona, pero esta moda llegó a tal punto que se llegó a ver el caso de monjes tatuados con el nombre de sus sacerdotes amantes. Empezó con kanjis y pequeños dibujos, pero con el auge del mundo flotante (ukiyo-e) y sus dibujos tan elaborados, se extrapolaron de los bloques de madera a la piel humana, cada vez eran más elaborados.
Pero…¿y quién se tatuaba a partir de entonces?
Tras el paso de los años, los expresidiarios tomaron ventaja de esa moda de tatuarse y así poder cubrir las marcas que los delataban como malechores. Pequeños clanes que se formaban decidían tatuarse todos con la misma simbología: bebedores se hacían botellas de sake, los pescadores se tatuaban peces en los antebrazos, los jugadores un par de dados…pero cabe destacar algún clan que empleaba estas marcas para intimidar y poder hacer lo que quisieran: LOS DARUMA GUMI (ir de paseo sin un centimo), se dedicaban a ir por los locales y hacer lo que quisieran sin pagar nada mostrando su tatuaje de un Daruma.
Se convirtió en un una moda muy extendida por todo Japón: desde artistas rebeldes pasando por bomberos hasta clanes criminales. Las autoridades vieron este incremento y decidieron ponerle freno prohibiéndolo a principios de 1800. No fue hasta la segunda guerra mundial, cuando los europeos quedaron enamorados de este arte cuando se volvió a retomar esta práctica (pero sólo para extranjeros)
La yakuza
No me voy a meter con la historia de la yakuza, ya que es muy intrincada y extensa, pero sí que voy a contaros la relación con el wabori (tatuaje japonés)
Allá por los años 80, el setenta por cien de los yakuza estaban tatuados. Su razón principal era por la ostentación y la intimidación, ya que esto les permitía actuar como los Daruma Gumi.
Pero hay algo más profundo. Dos conceptos que van ligados a este acto: demostración de virilidad (ya que es un proceso muy largo y doloroso. Mientras se realiza el tatuaje no se puede demostrar ningún acto de dolor ni queja) y el compromiso con la familia y rechazo a la sociedad.
Al fin y al cabo es una manera de mostrar a qué familia perteneces, ya que cada clan familia tiene sus tatuajes simbólicos, de manera que son fáciles identificarlos. Esto les da protección en la cárcel, porque indica el estatus y a quién pertenece. Incluso se dan permisos especiales para que los tatuadores puedan entrar a la cárcel y terminar su obra.
Así mismo cada familia tiene su propio horishi (tatuador), el cual se ha llegado a convertir en n personaje muy importante dentro de esta mafia. Al fin y al cabo acaba siendo el confesor de todos ellos. Tienen completamente prohibido hablar nada de lo que se les comenta, e incluso a día de hoy no tienen teléfonos móviles, para así demostrar que no espían ni pasan información a otros clanes.
Tebori (técnica tradicional)
Al igual que en otras muchas culturas, esta técnica empezó de forma manual en la que al final de una vara de bambú se ataban agujas (esta vara se llama hari). El tatuador está sentado en el suelo y el cliente tumbado.
Con respecto a las tintas, la principal es la negra (sumi) y a parte encontramos: rojo, verde, azul índigo y amarillo. el resto de colores se obtenía mezclando estos cuatro últimos.
En el período edo, los pigmentos empleados eran los mismos que se utilizaban en la realización de las láminas de ukiyo-e, pero se les añadía pasta de arroz, y entonces ¡voliá! era apto para el cuerpo humano.
Por eso, colores como el rojo, eran altamente tóxicos ya que estaban compuestos de sulfato de hierro y vitriolo verde, ambos producían altas fiebres.
https://www.sugoihunter.com/tatuaje-en-japon-que-necesitas-saber-para-hacertelo/
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